En agosto de 1798, durante su campaña en Egipto y Siria, el corso quiso emular a otros grandes hombres durmiendo dentro del monumento funerario. Y nadie sabe lo que vio
Hay una leyenda negra sobre la Gran Pirámide de Keops, que Heródoto se encargó de divulgar y ha llegado hasta nuestros días. El faraón, que ha pasado a la posteridad por ser artífice de una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo (y la única que sigue en pie), segundo rey de la dinastía IV del Antiguo Egipto, habría mandado construir ese enorme monumento mortuorio con una idea muy humana en mente: que su nombre no se borrara jamás de la historia. ¿El problema? Según las malas lenguas (y los escritos del historiador griego principalmente), Keops era un gobernante despiadado que habría obligado a su propia hija a prostituirse para sufragar los gastos de la construcción de la pirámide.
Pero la hija del faraón, aunque aceptó, se habría salido con la suya. Al menos en parte. Según cuenta el propio Heródoto: "Cumplió la hija la orden, y aún ella por su cuenta quiso dejar un monumento, y pidió a cada uno de los que la visitaban que le regalara una sola piedra; y decían que con esas piedras se había construido la pirámide que está en medio de las tres". Cosas de egipcios antiguos.
Keops fue un gobernante despiadado que habría obligado a su propia hija a prostituirse para sufragar los gastos de la construcción de la pirámide
Sea como fuere, las pirámides han sido testigos mudos del devenir de la historia, y han fascinado a grandes hombres por ser la representación de un tiempo exótico y pasado. Y uno de ellos fue Napoleón Bonaparte. Miles de años después de que Keops, su hija y todos los demás protagonistas del mundo antiguo pasaran a la historia, el general francés llegó a Egipto, concretamente en el verano de 1798, con la idea de avanzar hacia Siria y liberar al país de los turcos. Pero también le dio tiempo a hacer una parada en el camino.
El corso era un gran fanático de la figura de Alejandro Magno, y, el conquistador, por su parte, habría llegado en el 332 a.C. al país que en aquellos momentos se encontraba bajo dominio persa. Las leyendas en torno a la figura del conquistador son frecuentes, y las de Egipto particularmente están plagadas de magia: cuentan que tras conquistar el país, hizo una peregrinación al templo de Amón (en el desierto de Siwa, al oeste), buscando con ello que los dioses le reconocieran como su propio hijo.
El corso era un gran admirador de Alejandro Magno que, según decían, también había pasado una noche dentro de la Gran Pirámide como experiencia trascendental. Julio César también lo haría después
Convenció entonces a todos de que el oráculo lo había declarado hijo de Amón y, por analogía, de Zeus. Podríamos decir que este tipo de curiosas visitas eran frecuentes para Alejandro Magno, que de igual manera al pasar por la ciudad de Troya honró la sagrada tumba de Aquiles, mientras que su amigo Hefestión hizo lo propio con la de Patroclo.
Así pues, es comprensible que Bonaparte, fiel seguidor de Alejandro y de otros grandes hombres como Julio César, quisiera emularlos en ese curioso viaje y realizar no solo una conquista, sino algo más trascendental. En agosto de ese mismo año 1798, durante su campaña por Egipto y Siria, regresó a El Cairo para pasar (supuestamente) la noche en el interior de la pirámide de Keops. Su séquito, junto con un religioso musulmán, le acompañaron a la Cámara del Rey, donde no era sencillo pasar. Todo el grupo tuvo que atravesar los estrechos pasadizos hasta llegar al corazón de la Gran Pirámide, y después dejaron al corso a solas con sus pensamientos, en aquel sagrado lugar, durante toda una noche.
Napoleón salió al cabo de siete horas de la Gran Pirámide, con el rostro desencajado. Le preguntaron qué había visto: "Aunque os lo dijera no me creeríais"
Y, según la leyenda, Napoleón salió al cabo de siete horas, cuando despuntaba el alba, completamente pálido y desencajado. Cuando sus soldados le preguntaron qué había visto, negó con la cabeza: "Aunque os lo dijera no me creeríais". Parafraseando a Tutankamón y su tumba, quizá vio el ayer y conoció el mañana.
Las últimas palabras del emperador, que moriría en la Isla de Santa Elena exiliado, serían "Francia, el ejército, Josefina". Durante su funeral sonó el Réquiem de Mozart y, desde entonces, millones de personas han visitado su tumba, a la que se llevó el secreto de lo que contempló esa noche de agosto en la que pretendiendo emular a los hombres más grandes de la historia, se quedó a solas encerrado en el misterio de la Gran Pirámide.
El misterio de las antiguas pirámides de Teotihuacán, aumentó en el año 2015 cuando en los últimos descubrimientos en Teotihuacán hechos por un grupo de arqueólogos, se llevaron grandes sorpresas que no han podido ser explicadas y convirtiendo el caso en un misterio sin resolver, más de lo que ya era el lugar. Descubrieron mercurio líquido debajo de la pirámide del sol de Teotihuacán, además de un salón que tenía una capa de piedra, seguida por otra capa de mica y luego otra capa de piedra. El mercurio líquido fue puesto ahí por la antigua civilización para alguna razón desconocida, pero fue aún más extraño, encontrar unas cuevas cuyas paredes estaban llenas de pirita (un mineral dorado que brilla y que se piensa podía ser conductor de electricidad). En ese mismo espacio se descubrieron además unas bolas doradas de un material extraño que no se sabe cómo funcionaban ni para qué.
Mercurio líquido, mica y esferas doradas han sido los últimos descubrimientos en Teotihuacán en 2015, pero es estremecedor que sólo se ha excavado el 10% en el lugar. Nos falta explorar el 90% en Teotihuacán y seguramente cuando se haya excavado ye investigado todo, las sorpresas serán aún mayores. Se piensa que el gran misterio de la pirámide es que funcionaba (como otras, por ejemplo, la Gran Pirámide) como una Planta de energía.
Pirámides, una planta de energía electromagnética
Debido al Mercurio encontrado, se cree que tal vez se usaba para la propulsión de naves espaciales y viajes en el tiempo. Es importante destacar que el mercurio no se puede encontrar puro en su forma líquida en la naturaleza y se requiere de conocimientos químicos y procedimientos avanzados para tenerlo. ¿Cómo hicieron entonces las civilizaciones antiguas para obtenerlo y con qué fin?
Se cree que la explosión en la Avenida de los Muertos que se dio antes de que la antigua civilización desapareciera sin explicación, tuvo que ver justo con una explosión debido a la energía que estaban consiguiendo con el mercurio líquido (que actualmente usamos en toda la tecnología). Fueron capaces de crear electricidad que pudo haber causado la bomba que incendió Teotihuacán poco antes de que sus habitantes desaparecieran.
Tecnología exótica para crear un campo electromagnético, logrando la levitación de platillos voladores usando el mercurio líquido como combustible. Esa es una de varias hipótesis de este misterio sin resolver.
Una cámara de electromagnetismo con superconductor manteniendo una buena temperatura para el movimiento de naves, dicen los expertos y los creyentes en las teorías sobre alienígenas ancestrales.
Se piensa que todas las pirámides del mundo tenían el mismo funcionamiento como plantas de energía electromagnética que distribuyera la energía por debajo de la tierra y conectando las pirámides alrededor de todo el mundo, para distribuir la energía (misma que se piensa que salía de lo alto de las pirámides conectando con las constelaciones en el cielo). Su tecnología era mucho más avanzada que la nuestra, evidentemente, de ser cierto todo esto. Aún no hemos podido descifrar los misterios de las pirámides de Teotihuacán o las de Egipto (Giza). Estas sociedades avanzada usaban tecnología y matemáticas, que hacían corresponder las pirámides y sus medidas, con mapas del sistema solar. Quienes construyeron Teotihuacán tenían conocimiento del sistema solar, algo que supuestamente los antiguos pobladores no podían tener.
Los secretos de Teotihuacán
¿Es o fue Teotihuacán y sus pirámides un Puerto espacial ancestral? Lo cierto es que los ovnis aún son atraídos por las pirámides en Teotihuacán, donde se han registrado muchos avistamientos.
Tal vez en un futuro cercano, con más descubrimientos en las excavaciones, puedan encontrarse artefactos que armen las piezas del rompecabezas para entender la historia y tecnología que usaron.
Para muchos, los extraterrestres nos guían a través de mensajes a videntes que en realidad utilizan los registros akásicos para mostrarnos el pasado, presente y futuro como una forma atemporal, donde todo coexiste en un lapsus que tiende a repetirse; es decir que la humanidad repite su historia una y otra vez, conquistando por ejemplo marte (donde luego hay una guerra nuclear) y ese guión pareciera estar escrito justo en los registros akáshicos como una historia que se sigue repitiendo. Por eso la existencia de los extraterrestres como guía. Por ello, y todo lo anterior viene a colación, se cree que la tecnología de las pirámides fue parte de una historia pasada que ya perdimos y que recuperaremos, y luego al revés y así indefinidamente, siendo entonces el hombre un experimento dentro de un loop continuo.
Un cráneo desenterrado en el este de China podría indicar que hay otra raмa en el árƄol genealógico huмano, han reʋelado los científicos. Un grupo de científicos de todo el мundo ha identificado un fósil huмano único en China que se distingue de cualquier otro hoмínido descuƄierto anteriorмente. No es siмilar a la línea de ascendencia que dio origen a los neandertales, los denisoʋanos o el Hoмo sapiens, lo que sugiere que es necesario agregar un capítulo adicional al árƄol genealógico huмano actual.
¡Feliz Año 2020 a los amantes de la mitología griega! Con energía y muchas ganas de aprender sobre la Antigua Grecia un año más, emprendemos viaje recuperando una ilusión de la infancia que aún mantiene ocupados a los mayores investigadores de nuestro tiempo: el misterio de Atlántida. ¿Existe de verdad esa mágica isla sumergida?, ¿podría haber estado habitada por sirenas y criaturas marinas?, ¿dónde se encuentra la isla Atlántida?, ¿alguna vez se podría visitar? Con decenas de libros y películas en mente, como la de La Sirenita, damos hoy respuesta a una de las grandes preguntas de la humanidad más soñadora.
Atlántida, un paraíso sumergido por siempre
Hubo una época, al principio de los tiempos, en que los dioses del Olimpo decidieron dividir la Tierra por regiones para gobernar y que a Poseidón, además de otorgarle los mares y océanos, así como todas las aguas que surgieran del planeta, se le dio la isla de Atlántida. El dios Poseidón y una mortal, Cleito, eran pues los antecesores de la familia que gobernaba en la isla y padres de diez hijos, cinco pares de gemelos: Atlas, Gaderius, Ampheres, Evaemon, Mneseus, Autochthon, Elasippus, Mestor, Azaes y Diaprepes. El primogénito heredó el gobierno completo y, en su honor, se dio nombre a la propia isla y al océano que la rodeaba.
En la Atlántida había mucha tierra fértil, por lo que la mayor parte de su agricultura eran árboles frutales. La ciudad en sí constituía una verdadera maravilla arquitectónica y escultórica, con palacios ornamentados y un gran templo central en honor a Poseidón. El dios estaba enamorado de la isla y de su familia, por lo que hizo correr una corriente de agua caliente y otra de agua fría para que nunca faltara de nada a sus habitantes y construyó un palacio para su esposa en lo alto de una montaña con tres fosos que lo rodeaban y que eran presididos por amplios arcos, cada uno más grande que el anterior.
Parece que hablamos de la tierra del verdadero paraíso y, de hecho, durante muchas generaciones así fue. Todo en la Atlántida iba bien: los gobernantes eran justos y generosos, las cosechas crecían en abundancia y todos los ciudadanos respetaban la ciudad y sus leyes; pero la codicia empezó a crecer paulatinamente en el corazón de los ciudadanos de Atlantis.
Al acabar el décimo trabajo, Heracles colocó estas dos columnas como recuerdo al pasar por el estrecho de Gibraltar. En los diálogos de Critias y Timeo, Platón asegura que frente a este monumento se encuentra la Atlántida sumergida.
Decadentes y corruptos, los ciudadanos de la Atlántida empezaron a desacatar las leyes del reino hasta que ya no se contentaban ni con pertenecer únicamente a la región que conformaba la isla. Empezaron a construir un ejército propio que no dudó en atacar el norte de África y dominar el territorio desde los Pilares de Hércules (Gibraltar) hasta Egipto del este y todo el sur de Europa excepto Grecia. Cuando empezaron a invadir el territorio heleno, los atenienses atacaron desde el principio y resistieron, pese a que solo pudieron defender y vencer en Atenas.
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Zeus estaba furioso y decepcionado por el comportamiento de los atlantes, su egoísmo y la codicia que ahora representaban las riquezas de la isla de Poseidón. Como castigo, terremotos e intensas lluvias cayeron sin descanso hasta que la Atlántida quedó completamente sumergida en un día y una noche.
El misterio de Atlántida: la teoría de Platón
Según dos de los diálogos del filósofo griego Platón, Timeo y Critias, la Atlántida era una isla «más grande que Asia y Libia juntas» que se encontraba «más allá de las dos columnas de Heracles» en el Océano Atlántico, cerca de la costa de España.
Además de en esas dos obras no existen otras referencias a la Atlántida en los textos del filósofo, lo cual ha llevado a investigar por qué Platón se interesaría de repente en dejar constancia de la posible existencia de este lugar (casi podríamos decir que era el Julio Verne de su época, como en Viaje al centro de la Tierra).
Athanasius Kircher S. J., sacerdote jesuita, dibujó en 1669 el mapa de la Atlántida basándose en las descripciones de Platón en los diálogos Timeo y Critias. En la inscripción puede leerse: Situs Insulae Atlantidis, a mari olim absorpte ex mente Aegyptiorum et Platonis descriptio.
Aún así, también es cierto que Platón cita a Solón, poeta y reformador político ateniense miembro de los Siete Sabios de Grecia, quién se supone que viajó a Egipto entre los años 590 a.C, y 580 a.C. y encontró los registros egipcios en los que se investigaba sobre la Atlántida. De este modo, a través de la traducción de tales documentos, Platón narra la historia de esta idílica isla mediante el personaje de Critias.
Critias explica que 9.000 años antes de que esta historia se conociera popularmente en Grecia, Atlántida entró en guerra con los países vecinos para expandir su territorio y a la conquista únicamente sobrevivió la ciudad de Atenea.
La gran conspiración de este entramado de suposiciones reside en que la Atenas que se describe en la historia de Critias y que se posiciona como verídica tiene muchas similitudes con las características de la sociedad ideal que describe el mismo Platón en su famosa obra, La República. Por este motivo, los intelectuales se preguntan: ¿sería la historia de la Atlántida una fantasía inventada por el filósofo para demostrar que su idea de sociedad perfecta era la correcta?
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Muy a pesar de las mentes soñadoras, lo normal sería pensar que sí. De hecho, en su época hasta ya bien entrado el Renacimiento, era un hecho popular que la Atlántida no era más que una idea alegórica de Platón para apoyar sus teorías intelectuales y estudios sobre la sociedad. Otros autores clásicos también aprovecharían esta tesis para argumentar sus obras como Nueva Atlántida de Francis Bacon o Utopía de Thomas More.
Atlántida inmortal: las hipótesis de su existencia
A lo largo del siglo XIX, el mito de Atlántida volvió a resurgir como idea real, como la historia de un lugar que existió en la antigüedad y que ha sido perdido o derruido. Para la sociedad de entonces, solo quedaba identificar qué partes del relato de Platón habían sido inventadas, qué fragmentos eran reales y qué datos habían sido exagerados. Catástrofes naturales, intromisión extraterrestre e investigaciones arqueológicas han tenido cabida en numerosas investigaciones que han planteado nuevas hipótesis sobre su existenciay localización. Estas son algunas de las más interesantes:
La erupción del volcán de la isla Thera (Santorini) en 1640 a.C.
La idea más aceptada por profesionales y por la sociedad en general es que Atlántida nunca existió. En una ocasión, los arqueólogos A. Galanopoulos y S. Marinatos junto con el submarinista J. Cousteau y el profesor J. V. Luce afirmaron, tras una investigación, que la isla sería un recuerdo deformado de la civilización minoica (la primera sociedad de la Edad del Cobre que nació en Creta, como ya explicamos en el post anterior), cuyos vestigios fueron destruidos con la erupción del volcán de la isla Thera o Santorini. Este fenómeno causaría un tsunami capaz de barrer las costas del Mar Egeo. Aunque la catástrofe natural realmente arrasó con el imperio cretense, no existe un vínculo demostrado entre el fin de esta sociedad, la erupción y la Atlántida.
Nuraghi, posibles fortalezas atlantes en Cerdeña
El investigador italiano Sergio Frau presentó hace poco la teoría de que la Atlántida se encontraba en uno de los extremos de la isla de Cerdeña y que se hundió tras una serie de catástrofes naturales que se sucedieron. Esta idea, que lleva años tratando de ser contrastada y verificada científicamente, vuelve a ver la luz por la presencia de los Nuraghi, construcciones muy avanzadas para la época cuyo origen es aún desconocido.
Los Nuraghi son una serie de fortalezas geométricas que fueron construidas entre los siglos XVI y XII a.C. en Cerdeña. Se cree que podrían haber sido edificadas por los habitantes de la Atlántida.
Estas edificaciones podrían haber servido para rendir culto a la Luna, pero lo cierto es que también se desconoce la función. El propio Sergio Frau afirmó que el hecho de que los restos arqueológicos se hayan fechado en el 1175 a.C. (varios escritos de Plutarco dejan constancia de que en este año un maremoto asoló la mayor parte de Cerdeña y los ciudadanos tuvieron que huir hacia zonas seguras) y que la totalidad del territorio presente indicios de haber estado sumergido puede llevar a pensar que se trate de la Atlántida.
Las marismas del Parque de Doñana, cerca del Estrecho de Gibraltar
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Hablamos del resurgir de la Atlántida. El Espacio Natural del Parque de Doñana, en Huelva (España), fue foco de investigación en 2011 por un documental de National Geographic que situaba las ruinas de la Atlántida en las marismas de Doñana, creadas a lo largo de los años por la progresiva sedimentación, basándose en una investigación de Richard Freund, profesor en la Universidad de Hartford. Según esta hipótesis, sería un tsunami el que sumergió a la Atlántida en un mar de lodo y sedimentos, convirtiendo la entrada al mar en una marisma, la de Doñana. También es cierto que esta idea ha sido clasificada más como una actividad de diversión y creatividad que como un verdadero argumento científico.
En relación con este emplazamiento, James Cameron produjo para National Geographic Channel un documental llamado Atlantis Rising, que se estrenó en castellano en marzo de 2017 con el nombre de El resurgir de la Atlántida. El parque de Doñana aparece mencionado porque la pieza centra toda atención en regiones de España y Portugal.
Mucho se ha escrito sobre el Triángulo de las Bermudas, uno de los lugares más inquietantes e intrigantes del planeta. Y, sin duda, uno de los rincones que más misterios esconde
Mucho se ha escrito sobre el Triángulo de las Bermudas, uno de los lugares más inquietantes e intrigantes del planeta. Y, sin duda, uno de los rincones que más misterios esconde. Numerosas y extrañas desapariciones de barcos y aviones en la zona, con sus ocupantes en el interior, han creado diversas teorías y mitos que nadie, hasta la fecha, ha podido desentrañar.
Al unir con una línea imaginaria los extremos de las islas Bermudas, Puerto Rico y la ciudad de Miami (Florida, Estados Unidos), todos ellos en el Océano Atlántico, se forma un triángulo equilátero de entre 1.600 y 1.800 km de lado y una superficie de 1,1 millones de kilómetros cuadrados. El término fue acuñado en los años 50 del siglo pasado por varios escritores que pusieron en solfa la peligrosidad de la zona, conocida como “el cementerio del Atlántico”, debido a sus numerosos naufragios.
Ahora Karl Kruszelnicki, un científico sueco de 74 años y licenciado en matemáticas, medicina e ingeniería biomédica, puede haber resuelto el misterio. Kruszelnicki sostiene que los aviones y barcos que desaparecieron sin dejar rastro en la zona no tiene nada que ver con los extraterrestres o la ciudad perdida de la Atlántida, como se ha barajado hasta ahora
Todo es culpa del error humano
El científico, afincado en Australia ya que tiene una beca para la Universidad de Sydney, insiste en que el motivo de estas desapariciones no tiene nada que ver con lo sobrenatural sino al error humano, al mal tiempo y al hecho de que la zona está saturada de medios de transporte.
Estas declaraciones darían carpetazo a las teorías de alienígenas dando por inválidas las teorías del pseudocientífico Charles Berlitz, quien insistió en la idea de que ocurría algo extraño en la zona o las que el escritor Vincent Gaddis adelantó en un artículo titulado ‘El Triángulo Mortal de las Bermudas’.
El pasado domingo 21 de enero de 2018, sobre las 22:10 horas, un misterioso objeto volador que no ha sido posible identificar, se mantuvo durante más de cinco minutos en la vertical sur-oeste frente a la costa de Poniente de La Línea de la Concepción.
El pasado domingo 21 de enero de 2018, sobre las 22:10 horas, un misterioso objeto volador que no ha sido posible identificar, se mantuvo durante más de cinco minutos en la vertical sur-oeste frente a la costa de Poniente de La Línea de la Concepción.
Don A.J. Jiménez y su pareja, vecinos de la gaditana población de La Línea de la Concepción, se encontraban el pasado domingo 21 de enero paseando por el paseo marítimo de poniente de la localidad cuando fueron sorprendidos por lo que en principio describieron como «una gran bola de fuego» que se desplazaba en dirección SW desde el punto de observación. En principio pensaron que se trataba de un gran bólido o estrella fugaz pero «de pronto se paró y se mantuvo brillante y estática sobre la bahía de Algeciras durante más de cinco minutos», nos comenta emocionado el Sr. Jiménez.
También nos dicen que están acostumbrados a observar el firmamento y ser testigos de impresionantes fenómenos naturales como meteoritos, alineaciones planetarias y diversas lluvias de estrellas, pero que nunca antes habían vivido un fenómeno similar.
«Aquello no se trataba de algo astronómico sino de un verdadero objeto que parecía entrar en nuestra atmósfera, con algún fin, permaneciendo brillante durante un largo espacio de tiempo»
Preguntados sobre la forma en la que desapareció, afirman que el «objeto» se fue difuminando, apagándose, sin saber muy bien si por el producto de ser ocultado por alguna nube alta o por la pérdida de energía del propio objeto.
Por nuestra parte hemos intentado recabar información de otros posibles testigos y es ahora cuando decidimos publicar la noticia para intentar obtener nuevos reportes pues, sin duda, el fenómeno fue visible en el espacio aéreo de todo el campo de Gibraltar. Las bajas temperaturas y la hora (22.00) en que se produjo el fenómeno de esa noche, nos hace suponer que no habrían muchos paseantes en aquellos húmedos y fríos parajes.
La Luna se encontraba en su primera fase creciente (<25%), por lo que permitía observar con relativa claridad el firmamento. A primeros de enero ya se produjo la denominada Superluna, en la que, al encontrase en su punto más cercano a la Tierra, pudo verse un poco más grande y brillante de lo normal. A finales de mes, el 31 de enero, nos esperó un eclipse total de luna, aunque no pudo ser visto desde España. Además de estas efemérides celestes, no existió ningún otro evento que pudiese confundir a los testigos.
J.J. Benítez asegura que “Toda la zona de Algeciras es muy ‘caliente’ para el fenómeno OVNI”
«Los Objetos Volantes No Identificados (Ovnis) siempre llaman la atención y sorprenden a todos aquellos que contemplan inexplicables luces en el cielo. El Estrecho de Gibraltar no es una excepción en este mundo y ha sido el escenario de muchos avistamientos a lo largo de la historia. Uno de ellos fue el que vivieron tres militares destinados en La Línea de la Concepción que avistaron un ovni el 13 de octubre de 1968, y así se lo hicieron saber mediante un informe a sus superiores en Madrid. Éste es uno de los 80 expedientes que han sido desclasificados entre los años 1992 y 1997. El informe relata como un sargento en compañía de dos soldados observaron estupefactos el paso de tres luces blancas sobre su vertical, a las once menos cuarto de la noche. Las luces de un blanco muy resplandeciente volaban a gran velocidad, y a una altura aproximada de tres mil metros. Los militares indicaron en su informe que «no fue posible precisar la forma del mencionado objeto, debido a la oscuridad de la noche» pero sí pudieron ver que éste llevaba tres luces de intenso blanco brillante, situadas en forma de triángulo equilátero apareciendo una de ellas fija en la proa, mientras que las otras dos intercambiaban su posición cruzándose entre si. Fue observado sobrevolando Puente Mayorga hasta que desapareció en el estrecho, tras cruzar la Línea de la Concepción. » Europasur.es
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